El té es una espera abierta:
en una taza caben tres mil mundos
y en un sorbo todo el mar.
El té es un acuerdo de silencio:
al compartirlo no somos dos,
pero cada cual guarda
su relaciòn incomunicable con él.
Me acerco al té como plegaria:
para limpiar de mí
lo innecesario.
No preguntes como aprovecharlo,
hay que disponerse
en actitud de servicio.
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